Hola a todos, bienvenidos a un nuevo post, aquí en In Your Own Times. Esta vez estamos de manteles largos. Ha sido una semana un tanto extraña de verano, y decidí escuchar algo fuera de mis habituales playlists de Spotify mientras me volvía todo un experto en psicoterapia, y recordé que Katy Perry había lanzado un álbum que pasó algo desapercibido mientras todos hacíamos lo imposible para que no nos matara el virus, precisamente a inicios del verano pasado, y también me llegó una idea mientras veía el cuarto capítulo de la quinta temporada de glee. Mis queridos lectores, ¡habemus reseña!
Smile, un álbum para resistir y sonreir
Portada de Smile
Smile es el sexto álbum de Katy Perry, aquella mujer que revolucionó el mundo del pop allá por el 2010, donde todo se volvió fiesta y algodón de azúcar por todas partes. Recuerdo bien esa época, debido a que fue mi época favorita de la vida. Bueno, esa época quedó muy atrás, y podría pensarse que Katy Perry no tendría salvación alguna, después de los álbumes donde llegó a los más alto, Teenage Dream en el 2010 y cuyo legado llegó hasta el 2013; y Prism, el mejor álbum de su carrera, en mi (para nada) humilde opinión. Witness llegó en el 2017 y gustó a la tercera parte, pero no a las dos terceras partes restantes de fans, y significó un tropezón por las escaleras. No me gustó mucho, pero Katy apareció en mis audífonos y me dijo surprise, bitch! Y apareció Smile, discotequero, EDM y bastante alegre.
Tuvo un ejército de productores, entre los que no está Max Martin (Poco habitual, pues ha producido la mitad de todo el pop actual), pero figuran nombres como Stargate (que ya han trabajado con Katy, y también con Rihanna, Coldplay, 5H e Icona Pop), Charlie Puth (muy querido en este blog) y Zedd (uno de mis DJ's favoritos de la vida).
Es un álbum alegre, fiestero, movido, bailable, disfrutable, etéreo y atmosférico casi en su totalidad. Esto último fue lo que me cautivó, pues adoro la música que te sumerge en el ambiente que quiere mostrarte. Las letras hablan de amor, resiliencia (la capacidad de superponerte a las situaciones difíciles y complicadas de la vida) y el empoderamiento. Después de un embarazo y un divorcio, y de enamorarse de Orlando Bloom, era de esperarse un álbum tan genial. Vamos a darle un vistazo a lo mejor.
Las mejores canciones del álbum
Es difícil seleccionar las mejores, pues el álbum no es un sube y baja, sino que la energía se mantiene casi constante en cada canción, sin embargo, te daré un recorrido, en orden de aparición, de las mejores canciones del álbum.
Never Really Over es la primera canción, que llega arrasadora. Producida por Zedd presenta elementos de sus últimos singles, especialmente de Get Low (Zedd feat. Liam Payne, 2017) y su característico sonido de reloj de cuerda corriendo, una atmósfera envolvente y un coro que difícilmente saldrá de tu cabeza. Katy canta sobre un amor supuestamente terminado y superado, pero que se vuelve a manifestar en ella, pues realmente eso nunca terminó. La segunda mejor canción del album, ¡un temazo!
Cry About It Later es una auténtica fiesta de verano. Mantiene un ritmo casi constante y una letra que invita a llorar después, ahora toca beber y festejar, o el mundo se va a acabar. Presenta un riff de guitarra en el bridge de la canción. No suena a nada que haya hecho antes, asi que es una sorpresa.
Teary Eyes tiene esa misma onda que International Smile (de Prism, 2013), con el mismo ambiente discotequero y prendido y un ritmo progresivo, con tintes house por todos lados y una vibra que invita a ponerse de pie sobre la mesa del antro (o de tu casa) y bailar como idiota. La letra es una especie de plática con la desconocida del antro que está llorando en el baño, donde le dicen que siga la fiesta, aunque tenga los ojos llorosos y el rímel corrido. Total, el corazón ya está roto. Excelente tema.
Daisies viene a poner las cosas sobre la mesa, pues a pesar de ser corta, es la mejor canción del álbum. Escrita junto a Jon Bellion, uno de mis músicos favoritos (y que ya ha trabajado con Zedd) es el equivalente a Firework (Teenage Dream, 2010) y Unconditionally (Prism, 2013) en el nivel de epicidad y atmósfera envolvente. Es etérea, cercana al dream pop, con acordes de guitarra acústica y una letra poderosa sobre el no rendirse ante la adversidad, no rendirse hasta que te cubran de margaritas (o sea, hasta que mueras). Es preciosa en toda la extensión de la palabra, con el mejor registro de voz de Kitty Kat.
Not the End of the World causó enojo entre los críticos en el contexto de la pandemia, pues la consideraron imprudente. Lo cierto es que es una canción interesante, la primera incursión de Katy en el trap. No dire mucho sobre ella, sino sobre su video musical, donde los aliens intentan capturar a Katy y destruir el planeta, pero accidentalmente se llevan a Zooey Deschanel, de quien llevamos años comentando el increíble parecido que tienen ellas dos. La idea es oro puro y me partí de risa cuando lo vi. Anyways, continuemos.
Smile es equivalente a Chained to the Rhythm (Witness, 2017), y en momentos suena a This is how we do (Prism, 2013), con trompetas sintéticas, aumentos en el bass a media canción y sonidos que evocan a los 90's, mientras canta sobre cómo volvió a sonreir, refiriéndose a ella misma como su yo 2.0, agradeciendo a Dios y diciendo que las lágrimas le dejaron buenas lecciones. Bueno, Russell Brand es un idiota, ¡que bueno que ya lo dejó atrás! Tercera mejor canción del álbum.
Tucked suena bastante a Part of me (Teenage Dream, 2010). Es sostenida casi en su totalidad por un arreglo de guitarra y múltiples pulsaciones musicales y música de viento bien discreta, mientras Katy canta sobre escapar con tu amor secreto a una isla donde nadie los vea. Bastante decente.
Only Love es la penúltima del álbum, y nos llega al corazón con una letra tan bonita y verdadera. ¿Qué haría si fuera a morir mañana? Llamar a mamá y decirle cuánto la quiero y la extraño, y una carta a papá escrita con el corazón. Dejar este mundo con el odio atrás y el amor por delante. Personalmente me puso a pensar en cómo desperdicio el poco tiempo que tengo de vida.
Musicalmente es equivalente a Double Rainbow (Prism, 2013), con influencias de bluegrass en los coros, bastante bien disfrazadas de electrónica, y con reminiscencias a CeeLo Green, con ecos vocales por doquier. Un temazo!
Cerramos con What Makes a Woman, una canción electroacústica. La letra es una contraparte de The Man, de The Killers (Wonderful, Wonderful, 2017), sobre lo que significa realmente ser una mujer y poder hacerlo todo, mientras cargas el peso del mundo sobre tus hombros. Musicalmente suena a Hey There Delilah de los Plain White T's (All That We Need, 2005), con una carga progresiva de tintes electrónicos y una voz magnífica, y una producción impecable. ¡Un cierre bastante impresionante!
Bien, después de escuchar el álbum (Más de diez veces en tres días) y hacer este pequeño análisis lírico y musical, y reconociendo a este álbum como el tercer mejor álbum de Katy, podemos llegar a esta calificación.
Es todo por el día de hoy. ¿Qué te pareció este álbum de Katy Perry? ¿Cuáles canciones te gustaron a tí? Cuéntamelo en los comentarios. Espero que tengas un día increíble desde donde sea que me estés leyendo. Nos leemos la próxima.
Fin de la transmisión
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