Kings of Leon |
Hola mi querido timer, bienvenido a tu viernes de In Your Own Times, como se supone que es costumbre cada fin de semana. ¿Es cierto que las mejores cosas empiezan con "K"? Tal vez sea cierto, mínimo lo es en estos dos casos a tratar el día de hoy.
En lo que respecta a esta semana, además de mis pendientes de la universidad, también escucho y reseño música. He estado trabajando en un post para el blog de Muse México (Que espero, Warner Music México certifique dentro de poco como fan club oficial), y también este espacio que he tenido medio abandonado.
¿A qué se refiere esta vez el título? Esta semana hablaremos de dos bandas de géneros diferentes, pero cada una con sus méritos, y especialmente al mejor álbum de cada una. Estamos hablando de Keane y Kings of Leon. Los británicos y los norteamericanos tienen entre sus composiciones algunas cosas bastante decentes y brillantes, digamos, cosas impecables. Vamo a empezar.
Hopes and Fears de Keane (2004)
Si algo tiene este primer álbum de los liderados por Tom Chaplin -además de posicionarse como el cuarto mejor álbum británico de la historia por la encuesta de 2012, realizada por Q Magazine- es el uso del piano como instrumento principal, pero de una manera magnífica, algo que rebasa lo físico en muchos aspectos. Este álbum britpop no es un álbum más de una banda cualquiera, sino el mejor álbum de uno de los máximos exponentes de britpop y del piano rock. Yo los llamo los Herederos de Oasis. Este álbum pasó a la historia como el debut más espectacular de una banda sobre la faz de la Tierra (Nunca demeritando el trabajo hecho en Parachutes de Coldplay), dejando para siempre marcado en la mente humana el nombre de Keane.
El uso de sintetizadores es extensivo a lo largo y ancho de cada canción, ya sea como un instrumento ambiental, o complementando como protagonista, y este es un elemento a destacar si queremos mencionar lo mejor del álbum (Ya sabes lo que pienso de los sonidos ambientales y atmosféricos). La voz de Tom es otro punto fuerte, imprimiéndole ese sentimiento a cada canción a niveles que sólo el subconsciente logra entender.
Hacemos una entrada espectacular con los primeros cuatro temas: Somewhere Only We Know, Bend and Break, We Might As Well Be Strangers y Everybody's Changing. Esta última canción arrasa con su sonido potente, el piano, un tempo moderatto y la atmósfera onírica alrededor de todo. Las cuatro son impactantes a nivel musical, pero la primera es una de las 50 mejores canciones del siglo XXI, según Rolling Stone.
Sunshine es una de mis favoritas, con un eco esperanzador y un aire de mediodía, un ritmo totalmente adictivo y relajante. Can't Stop Now incorpora un sonido de bajo bastante bueno y cuenta con varias explosiones en varios puntos de la canción, especialmente en el bridge. Bend and Break posee un sonido bastante optimista y un piano dinámico, y una letra esperanzadora, sobre encontrar la luz más brillante en la hora más oscura. Y al final cerramos con broche de oro con Bedshaped, que recuerda a Madness de Muse, pues ambas poseen una estructura lenta al inicio, y sostienen una carga emocional a la mitad de la canción, haciendo que un escalofrío recorra tu espina dorsal.
Este álbum se leva una calificación de cinco estrellas. Un diamante de la música bien pulido no merece menos. Agradecemos a Tom Chaplin, Tim Rice-Oxley y Andy Green por haber sido capaces de crear esta obra maestra.
Mechanical Bull de Kings of Leon (2013)
Cambiemos dramáticamente de género y volemos al otro lado del Atlántico, a la ciudad de orígen de una de mis bandas favoritas, Paramore, y donde se consolidó uno de los mejores cantantes de la historia, Johnny Cash: Nashville, Tennessee. Esta vez es el turno de Kings of Leon, quienes con este, su sexto álbum de estudio vienen con todo a presentarnos lo que mejor saben hacer, y nada más que música. Esta es una obra bien realizada de garage rock y rock alternativo, y en algunos momentos, new wave.
Lo que destaca mayormente a este álbum es su influencia por bandas clásicas de los años noventas, principalmente The Goo Goo Dolls (Con su álbum Superstar Car Wash) y The Cure (Con su álbum Wish), incorporando ciertos elementos propios. Tenemos sonidos similares a bandas contemporáneas, como Blink-182. Un trabajo digno de mencionarse, el cual no podía dejar fuera de este blog.
Tenemos una estupenda entrada con Supersoaker y sus arreglos de guitarra, similares a los de Sweet Disposition de Temper Trap. Una entrada digna de un álbum de garage rock bien realizada, con una batería increíblemente buena, un bajo que sobresale y permite apreciar su esplendidez. Beautiful War es una prometedora canción, con una guitarra que recuerda a Tears For Fears y a (Just Like) Starting Over de John Lennon en toda su extensión, imprimiéndole alma, sentimiento, y un aura bastante triste y conmovedora. La siguiente en lista es Temple, funcionando como tercer punto fuerte del álbum, con sus subidas y bajadas de ritmo, un bajeo constante y una especie de sonido new wave. Wait for me es una balada sorprendente y maravillosa, logrando algo que tenía años sin escuchar entre las grandes bandas legendarias que aún persisten.
Comeback Story logra sonidos espectaculares y notas agudas de guitarra eléctrica, mientras una batería consistente imprime textura y sorprende. Tonight podría ser una canción de relleno al inicio, pero escuchemos su progreso y nos percataremos que es una canción agridulce, especialmente al ir agregando los instrumentos poco a poco, mientras el ritmo y la tensión crecen a niveles exponenciales, para caer en el vacío. Coming Back Again es algo hacia la parte final del álbum, que lleva las de ganar, con un tempo presto, bastante acorde con el tempo y la velocidad del álbum. Ahora recordemos que estamos escuchando algo del 2013, pero no del todo, pues Work On Me lleva ese ritmo característico de finales de los ochentas a niveles de este siglo que podrían ser improbables, pero sin embargo lo hicieron. On the Chin es a mi opinión, la mejor canción del álbum, al captar todos esos elementos del rock sureño y country, característicos de Tennessee, y de las canciones anteriores, dando un outtro majestuoso y un uso excelente y refinado en las guitarras. Simplemente espectacular. Y cerramos con Last Mile Home, y alguna influencia vaga de Johnny Cash una vez más, entre las cuerdas de la guitarra principal, antes de volver a casa.
Démosle a este álbum una calificación de cuatro estrellas y media, al lograr un buen uso de influencias de décadas anteriores, y traerlo de manera estrepitosa a la segunda década de este siglo.
Bien, este fue el post de esta semana, espero que haya sido de tu agrado. ¿Has escuchado ambos álbums? ¿Puedes comentar abajo qué es lo que más amaste de ambos? Me gustaría saberlo.
Nos leemos la próxima semana, que tengas bonito weekend.
Fin de la transmisión.
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