Hola a todos, bienvenidos una vez más a In Your Own Times. Son tiempos difíciles para todos, desde quienes se han quedado sin trabajo, los que vivimos al día, los que estudiamos, incluso para quienes ya no hallan qué hacer con sus vidas en el encierro, incluyéndome. He estado algunos días metido en Netflix mientras atiendo a los clientes, pero otros me dedico a leer, resolver dudas de química orgánica (aunque a veces resulten en confusiones mayores), y también escucho demasiada música.
Esta cuarentena (y la pandemia) tendrán un final épico, eso es obvio, y se me ocurrió hacer un recuento de grandes finales de álbumes de música, de esos que merecen ser recordados para siempre.
Sin más preámbulos, vamos a hacer ese recuento:
Champagne Supernova de Oasis, del álbum (What's the story) morning glory?
Este álbum es el mejor de Oasis, a pesar de dignos rivales pisándole los talones entre su misma discografía, y no es para menos. Es el más rockero, y también bastante cargado de britpop, y de dos de sus más grandes éxitos. Lanzado en 1995, su epicidad es vigente 25 años después. Don't Look Back in Anger es hermosa y Wonderwall es hartante, pero Champagne Supernova es ese final épico de toda su discografía, y muchos estaremos de acuerdo en ello. La letra no tiene sentido, y al parecer es un malviaje, pero ese desenfreno de guitarras y riffs lanzados al aire hacia los últimos minutos de la canción, al que precede un relajado intro de melódicas y guitaras acústicas, que va en progreso hacia el clímax es lo mejor que Oasis nos ofreció. Toma tus audífonos (y por favor no te des un pericazo), sube el volumen, cierra los ojos y piérdete en el sonido. Sé que te va a encantar.
Battle Born de The Killers, del álbum Battle Born
Si algo tiene The Killers son buenas canciones, sonidos new wave, alternativos y románticos, letras personales y auténticos himnos de la era actual, pero en cinco álbumes no tuvieron grandes finales para sus álbumes, excepto en Sam's Town, excelente, pero no épico, y por el otro lado Battle Born, que cierra a su homónimo con una canción aterrizada en un ostinato de guitarra de cuatro notas, que se repite al fondo, pero donde los demás sonidos de guitarra acústica, los sintetizadores y las voces progresan hasta el final épico y reflexivo, tras explosiones de la guitarra de Dave Keuning y la letra inspiradora que se convierte en un himno. Finalizamos con coros angelicales, con una atmósfera sintética y tonos electrónicos relajantes que dan final a una era de grandes canciones. Es por ello que es mi canción favorita de The Killers. Si lo intentas, te sacará una lágrima y aplaudirás solo como un imbécil.
Saeglópur de Sigur Rós, del álbum Takk...
Poco podemos decir de la temática de la canción, escrita en vonlenska, pariente del islandés, pero sin estructura ni sentido, lo que la deja a la interpretación del video musical. Es una canción post rock, con fuertes arreglos de guitarra, un intro de xilófono, una fuerte atmósfera creada con el arco de violín de Jónsi y un épico final soportado por el arco en la guitarra, el piano y fuertes secciones de cuerdas. Musicalmente es una canción hermosa y muy atmosférica y cargada de sonidos, no tan ambient como sus trabajos más recientes, pero con toda la onda post rock de todo el álbum. ¡Olvídate de Hoppípolla y ve hasta el final del álbum!
Comforting Songs de Mew, del álbum Frengers
No soy muy allegado a su música, pero recuerdo vagamente haberlos leído en una edición de Rolling Stone. Sin plataformas de streaming, no pude acercarme a su música hasta apenas hace unos años, mientras estaba en la universidad fue que mi amiga Erandi me los presentó, ahora sí, fuera del papel y la tinta. Ese álbum con la portada de un torero tiene un final de ocho minutos con una epicidad creciente, mientras se escucha una y otra vez. Lanzada como primer single en el 2003, los daneses nos muestran una canción progresiva, como todas las cosas que nos gustan por aquí, que termina en tres minutos de arreglos de guitarra, finalizando de una manera muy explosiva. Escucha todo el álbum, es bastante bueno.
Hope is a dangerous thing for a woman like me to have - but i have it de Lana del Rey, del álbum Norman Fucking Rockwell!
Este es el mejor álbum de Lana del Rey, en mi opinión. No tiene la cantidad de estallidos musicales y rimbombantes de su primera producción, y está muy lejos del estilo de Lust For Life, pero, aunque el final no es digno de un final con explosiones y confeti, le confiere una epicidad especial el piano y los tonos más dulces y melancólicos de la voz de Lana, con una letra particularmente melodramática, contrastante con el tema inicial del álbum. Una canción totalmente a piano, sin más acompañamiento que el melodrama de una adolescente y sus memorias le confieren un carácter digno de un final de álbum.
My Kind of Man de Vance Joy, del álbum Dream Your Life Away
Vance Joy viene a ser el sucesor de James Blunt, haciendo lo propio con su estilo acústico e inspirador. Tiene una onda movida, melancólica, festiva y alegre. Es australiano, no británico, pero dejémonos de comparaciones. Su primer álbum es un deleite a los oídos de quienes nos gusta la onda acústica y las canciones para pasar un buen rato en una noche de verano. Vance se ha convertido en uno de mis cantantes favoritos, y con este final del primer álbum nos deja con un buen sabor de boca. Es una balada acústica, digna de un buen final de álbum. Después de lo festivo de arriba y después de Georgia y Riptide, no podía quedar a la sombra. Es un temazo.
Twisted Logic + de Coldplay, del álbum X&Y
La última de la lista de hoy. Es una de las pocas canciones (si no es que la única) canción que nunca se ha interpretado en vivo por la banda, y es una lástima. + aparece en el álbum como una hidden track, que no es otra que Til Kingdom Come, originalmente para ser grabada por Johnny Cash, que murió antes de que eso sucediera, pero el tema central es Twisted Logic. Es una canción de rock alternativo sostenida totalmente por instrumentos, a diferencia del resto del álbum, sostenido por camas de sintetizadores. Una rola épica en toda la extensión de la palabra. No lleva un ritmo tan acelerado, pero sí un sonido pesado, que llega a su clímax en el último minuto de la canción, donde los riffs juegan como protagonistas. El bajo de Guy es un encanto, pero quien se lleva casi todo el crédito es el Sr. Buckland, con las múltiples explosiones con la guitara. Terminamos con una sección de cuerdas y la canción finaliza. Un punto fuerte entre todo el catálogo de canciones de Coldplay, y también dentro del álbum, ¿y por qué no? ¡Un temazo!
Bien, esto es todo por el día de hoy. Esto fue solo una pequeña recopilación de algunos finales épicos de álbumes musicales. Ya traeremos una segunda parte en algún post futuro, para hacerle justicia a las canciones finales que nos hicieron falta. Espero que este post te haya gustado. Si es así, deja un comentario y compártelo en todas tus redes. Mantente a salvo y mantente con vida. Nos leemos la próxima.
Fin de la transmisión.
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