viernes, 11 de octubre de 2024

In Your Own Times: Coldplay y el magistral sonido de la Luna


Coldplay

Hola a todos, bienvenidos a un nuevo post de In Your Own Times, directamente redactado desde la computadora de mi trabajo. Tiene bastante tiempo a que no nos leemos, los dramas de la vida adulta, ya lo sabes, pero esta ocasión era justa y necesaria, y no podía esperar mucho más tiempo. Este espacio vuelve a cobrar relevancia siempre que un nuevo álbum aparece y tengo tiempo para reseñarlo, y el día de hoy ambas cosas confabularon para que esto ocurriera.

Coldplay tardó tres años en lanzar el segundo volumen de Music of the Spheres, titulado Moon Music. Después de lo escuchado esa última ocasión, quedamos con un vacío existencial y una insatisfacción muy justificables, varados en el espacio. Una banda de este calibre haciendo cosas cuestionables, sin cohesión, vacías, pero con un cierre que ninguno de nosotros había previsto, tan épico que Coloratura es una mención aparte. Sin esperanzas, expectativas y con un mar de decepción empezaron a llegar a cuentagotas las señales y los sonidos de este nuevo volumen, nada alentadores, pero en cuanto tuvimos el álbum descargado fue que algo ocurrió: lo disfrutamos de principio a fin, lo repetimos y el resultado fue el mismo.

Music of the Spheres Vol. II: Moon Music, el magistral sonido de la Luna



Los sonidos de este segundo volumen muestran un grado de cohesión mucho mayor a su antecesor, sin mucha profundidad en la lírica, siempre débil, y en este caso, monotemática. Tenemos un álbum principalmente contemplativo, tal como si los aliens miraran esperanzados desde la superficie de la Luna a nuestra gran gota de agua suspendida en la oscuridad. Los géneros escuchados van desde lo más bajo, como el pop más comercial y el hip-hop alternativo, hasta lo más experimental e inmersivo, como el space rock, el dream pop, el shoegazing, y lo más sorprendente, el post-rock, siendo alta sorpresa para todos nosotros. No tan experimental como Viva la Vida (2008) o Everyday Life (2019), sin embargo, creando una oda inmersiva tan colorida, y en momentos, melancólica, reflexiva y existencialista, que no logra superar (y ningún nuevo álbum lo hará, cabe destacar) a ninguno de los cinco gigantes de Coldplay), pero logra una realización propia, muy aparte del resto de sus trabajos. Bellamente trabajado, se siente como un álbum hecho con cariño y con mucha alma. Sin embargo, tiene como elementos en contra el exceso de interludios vagamente relacionados a la canción precedente, en varios momentos rompiendo la experiencia previa, en varias partes del álbum, excelente. El final se ve un poco saboteado debido a ello. También se siente como un trabajo que no acaba de llegar a ninguna parte, aunque no necesariamente tenga que hacerlo, salvo hacerse sentir y explorar en lo desconocido, como un visitante que llega por primera vez a un lugar.

Hay momentos en donde un poco menos de capas sonoras le harían un beneficio a los instrumentos, y es por eso que, cuando podemos desnudar las canciones nos encontramos con una mayor participación de las guitarras y los bajos, que son propiamente dicho, el alma de la banda.

Análisis canción por canción

Abrimos el álbum con Moon Music, tan inmersiva como melancólica, recordando a Daddy (Everyday Life, 2019) y a Hypnotised (Kaleidoscope EP, 2017) con esos elementos de piano sin llegar a ser empalagosa como la segunda mencionada, y un intro con una sección de cuerdas cinematográfica. Todo trabajado de la mano de Jon Hopkins, viejo amigo de la banda y creador de grandes figuras ambient y electrónicas de Coldplay. La transición y las voces distorsionadas no me encantaron, pero fueron insuficientes para arruinarlo todo. 91/100.

feelslikeimfallinginlove tiene una melosidad imponente, repeliendo a primera escucha, pero a medida que se repite se vuelve digerible, con mucha atmósfera, pero con los arreglos de guitarra de Jonny bien disfrazados por capas y capas de sonidos, llegando a un final que salva el trabajo realizado. No me encanta y es de los puntos más débiles del álbum. Inclusive, The Astronaut, una canción bastante similar, compuesta por Coldplay para Jin (2022) logra mejor sus pretensiones. 69/100.

We Pray es una quíntuple colaboración con TINY, Elyanna, Burna Boy y Little Simz, que simplemente no tiene cabida en este álbum. Explora el hip hop alternativo, con un tono oscuro y fuertes arreglos de cuerdas, rompiendo con todo lo establecido para el producto final. La banda queda como invitada dentro de su propio álbum. No encantó a muchos, mucho menos a mí. Puedo saltarla fácilmente y fingir que jamás ocurrió, nunca menospreciando el talento de cada invitado en solitario, dado que cada uno ha encontrado su manera de consagrarse. De forma simplista, no pega aquí. 48/100.

Jupiter es una suerte de gloria acústica pop, inesperada por supuesto, con tintes setenteros de Don McLean (American Pie, 1971) y reminiscencias a Rainy Day (Prospekt's March, 2008) de la misma banda, More Than Words de Extreme (Pornograffitti, 1990) y Sympathy de Goo Goo Dolls (Gutterflower, 2002), con un timbre y energía diferentes y con propósitos distintos. Preciosa joya que nos regalaron, finalizando con un interludio inmersivo, sin mucha cohesión que digamos. 85/100.

Good Feelings nos trae un fuerte sonido funk, soportado por el bajo asombroso de Guy Berryman, y teniendo como invitados a Ayra Starr y a Nile Rodgers, que nos trae los sonido que anteriormente trabajara con Daft Punk, y que fácil pudieron haberse incluido en una rola de los Bee Gees, con alta reminiscencia a Tame Impala (Currents, 2015). Alto temazo, que sí logra las pretensiones que My Universe (Music of the Spheres Vol. I: From Earth With Love, 2021no logró. 87/100.

Sigur Rós, máximos exponentes del post rock islandés

Es difícil hablar de Alien Hits/Alien Radio, sin quedar anonadados con semejante joya de post rock y ambient que nos entregaron. Los acordes de Jonny se escuchan de manera inmersiva, y explosiva, sumergiéndonos en toda su extensión en una suerte de melancolía existencialista, con voces y coros ahogados y la voz de Angel Moon sonando de manera flotante en algunos momentos, procediendo con arreglos de guitarra acústica y piano repletos de reverberación, evocando a Sigur Rós en canciones como Eg Ánda Fjögur Pianó (Valtari, 2012), y Svefn-g-englar (Ágaetis Byrjun, 1999) con todo lo que ello implica. No existen palabras para describir lo que cada uno de nosotros experimentó al escucharla por primera vez. Los ojos se llenan de lágrimas mientras el interior reflexiona y contempla el sentido, la existencia y la vida de maneras que no se entienden. La mejor canción del álbum, justo en el medio de la lista. Canciones como esta no se encuentran tan seguido. 97/100.

IAAM podría describirse como la hermana de Death and All His Friends (Viva la Vida, 2008). Posee progresiones, elementos acústicos, piano y un grado de epicidad semejantes, nunca alcanzando el pico clímax que la primera alcanzó, debido a la falta de un riff con ese grado de consagración del 2008, sin embargo buscando su propia realización. Los primeros elementos que recibimos crearon expectativas alrededor, pero fue un misterio hasta que la escuchamos completa, y no decepciona. Ese solo de Jonny en el bridge y cerca del final son asombrosos. 94/100.

Aeterna es de esas pocas veces en que Coldplay se aventura dentro de la música electrónica, y de verdad funciona y encaja dentro del resto del material. Tenemos una canción con elementos synthpop, techno y trance limpia, agradable de escuchar y también de bailar. Guy se divirtió demasiado creando el bajo que sostiene a semejante pieza. Suena como si Coldplay hubiera colaborado con Tiësto. Sencillamente, muy buena canción del Moon Music. 93/100.

All My Love es una declaratoria de amor verdadero, completamente a piano y soportada por fuertes arreglos cinematográficos de orquesta, estallando en un mar de lalalás. La canción que escribió un hombre muy enamorado. Muy melosa, instrumentalmente bella. 81/100.

Cerramos el Moon Music con One World, la segunda mejor canción del álbum. Nuevamente una canción de post rock, con elementos dream pop y space rock arreglos de piano y un lento y mágico proceder. Es, en este final, donde nuestros visitantes pueden visualizar la majestuosidad de nuestra existencia antes de partir de la Tierra, al haber podido experimentar gran parte de nuestra humanidad. Imposible que el vello no se erice al escuchar tal suerte de pieza musical. Etérea, envolvente, reverberante, colorida y mágica, donde echamos mano nuevamente de Brian Eno. Mientras el sonido se diluye, podemos sentir cómo nos alejamos del planeta, como en una nave espacial y podemos apreciarlo todo, repletos de nostalgia y encanto. Cerramos con lalalás al mero ritmo de Leonard Cohen en Hallelujah. Épico cierre con alta carga emocional, que es imposible no emocionarse hasta el llanto. 95/100.


Este nuevo trabajo superó el muy bajo listón dejado por el Vol. I, experimentó terrenos anteriormente vistos y dejó con una sensación de repetirlo varias veces. No es el mejor trabajo, sin embargo es excelente a su propia manera, y por ello llegamos alegremente a la siguiente calificación.


Muchos están esperando el ansiado regreso de Coldplay a Latinoamérica. Esperemos que sea una realidad. Mientras tanto, los dejo, para que sigan apreciando la majestuosidad de este último álbum y deleitándose con lo que la edición Deluxe nos trajo a todos. Nos leemos la próxima.

Fin de la transmisión.