Coldplay, desde la Ciudadela de Amán, Jordania, la noche del sábado. |
Everyday Life, más que un álbum doble en medio del mediterráneo y el levante.
El álbum es doble, dividido en dos partes: Sunrise y Sunset. El álbum se manejó con discreción y mucho misterio. Sabíamos de la participación de Davide Rossi y esperábamos algo como en Viva la Vida. Al momento de ver escritura árabe en la carátula empecé a sospechar de influencias árabes en el trabajo, que oculta un trasfondo bastante oscuro y triste: la guerra de Siria y el Levante, y la crisis de refugiados. Es bastante cuidadoso en cuanto a sonido, y en momentos, no se parece mucho a todo lo anterior, pero aparecen destellos de sus trabajos anteriores. En momentos explosivo, en otros reflexivo. La melancolía no falta, y el triunfo final es épico. No es un álbum empalagoso, pero está lleno de sorpresas, entre ellas colaboraciones con conocidos (Stromae) y con estrellas nacientes (Norah Shaqur), con un coro góspel y un grupo de jazz. Lo eclesiástico y el blues, pero sin artificio evidente.
No es un álbum que esperáramos, después de los despelotes anteriores, que no gustaron a muchos de nosotros. A ese punto nuestras expectativas crecían conforme los singles y adelantos se publicaban, y fue que nuestra sonrisa se iluminó y nuestro oído estaba más que complacido, nuestra piel enchinada, nuestros ojos llenos de lágrimas y nuestras palmas aplaudiendo en medio de una habitación vacía, como imbéciles.
Tenemos rock alternativo, experimental, un poco de góspel, un poco más de jazz, y mucho piano y guitarra acústica.
Analicemos
Sunrise
Nuestra primera parte comienza con Sunrise, un amanecer con tintes mediorientales. Una sección de cuerdas anuncia el alba, que se acerca glorioso. No tiene letra, y en momentos se siente como aquella Now We Are Free, que Lisa Gerrard y Hans Zimmer compusieran para Gladiator, y también recordamos con destellos a Viva la Vida. ¡Davide Rossi es un genio!
Church es una colaboración onírica entre Chris y Norah, quien canta aprehensivamente con su cautivadora voz. La favorita de muchos hasta el momento. Una canción bastante atmosférica y etérea, con tintes de dream pop, arreglos de guitarra gloriosos, y Norah con una voz hipnótica inundan tus oídos.
Trouble in Town es para muchos la mejor canción del álbum. Comenzamos con un piano, muy a lo Feel de Robbie Williams, evolucionando en un clímax tenso. La letra y los sonidos problemáticos de fondo recuerdan al racismo, entre insultos y el bajo de Guy, mientras el Sr. Buckland enloquece con la guitarra y Chris se pierde en el piano. Sucios arreglos de guitarra y juegos de pedales estallan, quedando la tranquilidad tensa del inicio solamente. Un temazo.
BrokEn es una canción góspel, brillante y cortita. La letra, una oración de algún refugiado de guerra en el medio del mar, sin suministros, rogando por su vida, pero con esperanzas. Un tema agridulce.
Fue inevitable llorar con Daddy, una canción totalmente a piano, marcando el punto más bajo del álbum. Fácilmente entraría en X&Y. La letra tiene varias interpretaciones, dado el trasfondo, la mía fue sobre un niño hablándole a papá, lejos de casa, huyendo de la guerra, mientras él está lejos esperándo que se encuentre bien. Otras son sobre un niño y su mala relación con papá. Sea como sea, es demasiado melancólica. Tanto, que Will casi rompe en llanto en su presentación al amanecer en Jordania. Lloremos juntos, un temazo.
Wonder of the World/Power of the People es cortita, un interludio, con influencias de Elvis Presley. No es reseñable, pero sirve de intro al clímax que se aproxima.
Arabesque es arrasadora y poderosa por donde se le busque. Es todo un arabesco bien ornamentado y realizado, un mosaico cultural brutal. En momentos es rock, en otros es jazz. Stromae canta la parte en francés. Lo más destacable es es esa sección de metales antiguos. El ostinato que la sostiene recuerda vagamente a dos de sus canciones anteriores, Strawberry Swing y Princess of China, solamente en el ritmo. Femi Kuti se pierde en un éxtasis mientras toca su saxofón. El outtro es de otro nivel, donde todos los participantes se unen y llevan esto a lo más alto, para acabar la canción en seco. Las influencias árabes se notan por doquier. Para mí, la mejor canción del álbum.
When I Need a Friend es una canción sacra, eclesiástica, recordando a los cantos gregorianos en un monasterio, y a mí me recordó a Dauðalogn de Sigur Rós. Hermosa manera de cerrar el primer acto.
Sunset
Esta segunda parte es algo somera, con canciones cortas y acústicas al inicio y hacia la mitad, por lo que no ahondaré mucho en detalles en algunas de ellas. Es similar a Parachutes y sus b-sides, por lo que los antiguos fans la amarán.
Guns inicia arrasadora, con sucios arreglos de guitarra acústica, y una letra particularmente antibelicista.
Orphans es un espejismo de lo que este álbum no es. Musicalmente es la canción más alegre de todo el álbum. Recuerda a la era anterior, A Head Full of Dreams. Causó furor en su lanzamiento, pues muchos ya no queríamos saber nada. La melodía recuerda un poco a U2 y su canción Still Haven't Fount What I Looking For, y podría ser empleada en un comercial de Coca Cola. No hay más que decir. Es buena.
Ékó es tranquila y acústica. Fácilmente entraría en Prospekt's March EP. Me recuerda a esa canción homónima y Poppyfields.
Cry Cry Cry es una balada a piano totalmente, con tintes de blues.
Old Friends me recuerda totalmente a Sparks y Careful Where You Stand, de la era Parachutes. Es cortita y melancólica, absolutamente acústica, y una de las mejores canciones de Sunset. Es un poco de la reminiscencia que los fans viejos queríamos escuchar.
Bani Adam (así es la transliteración) es un punto muy fuerte. Empezamos con un piano muy parecido al de Atlas, Kaleidoscope y Postcards from far away, procediendo con una melodía parecida a la de All I Can Think About is You, mientras Norah nos recita el poema Bani Adam de Saadi Shirazi, un poeta iraní, que habla básicamente sobre ayudar al prójimo, y que cuando no hay tristeza sobre el sufrimiento ajeno, no merecemos ser humanos. La parte final con coros infantiles sirve como puente a mi canción favorita del álbum.
Champion of the World recuerda musicalmente a la parte final de Hurts Like Heaven y una melodía similar a la de Amazing Day, pero más vivaz, casi al estilo de la era Viva la Vida, como en la canción Reign of Love. Líricamente es un himno a no rendirse, ser el mejor a pesar de cada maldito obstáculo y cada nueva maldita circunstancia, hasta que llegue el final y podamos gritar que somos campeones. Desde que vi la lista de canciones era por la que sentía más curiosidad, y no me equivoqué. Un temazo.
Everyday Life es un cierre espectacular. Fue estrenada en Saturday Night Live, en una magnánima interpretación, digna de un Grammy. Musicalmente empapada de cuerdas violines y ahogada en el piano de Chris. El ostinato de piano es similar al de Speed of Sound, pero menos vivaz. La canción es un cierre triunfal al álbum de una era particularmente breve, pero encantadora.
Sin más preámbulos, resaltando que el álbum destrozó a sus últimas composiciones, sin necesidad de grandilocuencias ni xylobands, y con la experimentación y las excelentes colaboraciones que tuvo, la calificación no podría ser otra.
Fin de la transmisión.